Art21Studio

       Manufactura de una estatua a tamaño real en honor a la vida y legado de Maximiliano Rodríguez Morales, reconocido líder agrario del ejido Ojo de Agua en la región de Zamora, Michoacán, fue un proyecto profundamente significativo, realizado en estrecha colaboración con la familia Rodríguez, hijos, nietos y amigos. Desde las primeras conversaciones, que tuvieron lugar a finales de 2024, la familia expresó su deseo de rendir homenaje a un hombre cuya dedicación por el campo y la comunidad marcó la historia del ejido. Maximiliano fue un defensor incansable de los derechos de los campesinos, promovió la organización agraria y luchó por mejores condiciones para su gente, logrando implementar proyectos de irrigación y desarrollo agrícola que beneficiaron a generaciones enteras.

       El proceso artístico inició en los primeros meses de 2025, empleando materiales como poliestireno expandido, fibra de vidrio, estructura metálica y plastilina, garantizando una obra robusta y detallada. La técnica aplicada permitió esculpir con precisión las facciones de Maximiliano, capturando tanto su fuerza como la calidez que lo caracterizaba. Varias visitas de la familia al taller Art21Studio y el uso de fotografías históricas resultaron fundamentales para añadir detalles únicos que reflejan el cariño y admiración que sus seres queridos sienten por él. Cada sugerencia y recuerdo compartido por sus hijos y nietos enriqueció el modelado, convirtiendo la obra en un verdadero símbolo del amor familiar.

       Para el verano de 2025, el modelo final fue aprobado por la familia y se procedió a transformar la figura en bronce al silicio utilizando el proceso de fundición a la cera perdida, una técnica reconocida por su precisión y durabilidad, empleada en esculturas de alto nivel artístico. Este procedimiento aseguró que la estatua no solo fuera resistente al paso del tiempo, sino que también transmitiera fielmente la dignidad y el espíritu de Maximiliano. En octubre, la estatua fue finalmente develada por su familia en el ejido Ojo de Agua, marcando un emotivo encuentro donde el amor filial y el respeto comunitario se entrelazaron para celebrar la memoria de un hombre cuyo legado sigue vivo en el corazón de Zamora y en los campos que tanto amó.